Ante las previsiones del pasado 18 de septiembre para la zona del interior de Barcelona y en todo el litoral, tuve que salir de caza. A las 16h ya estaba de camino hacia el parque eólico de Rubió desde donde podía ver bien todos los horizontes y planificar el siguiente movimiento. Algo de turismo por los restos medievales de la zona hizo que el tiempo pasase más rápido y que el atardecer se echase encima.
A medida que el sol caía, se podían ver como las tormentas que tenía hacia el Norte se iban desplazando al Este, hacia Girona y además iban ganando envergadura.
Así que viaje, en principio hasta Vic, y luego ya veríamos. Tras perseguir la tormenta, cruzar una línea de precipitación muy intensa y localizada, al llegar a Vic se había roto en 2. Un fragmento que iba hacia Girona y otro que más hacia el sur, hacia Mataró. Este segundo dejó unos cuantos rayos intranube bastante fotogénicos.
Después de capturar la imagen anterior dejaron de caer rayos completamente. Una calma absoluta se apoderó del ambiente. No había viento ni rayos en ninguno de los 2 núcleos así que el siguiente paso era intentar buscar una reactivación en Mataró, cosa que no se produjo. Así que tras cenar y repasar radar, modelos, previsiones... acabé en el sur de Barcelona esperando que algo se desarrollase entre mi posición y Tarragona sin perder de vista lo que pudiese pasar al Norte. Al final prácticamente nada. Frente a Vilanova se formó una tormenta que se movía paralela a la costa en sentido Norte y soltó muy pocos rayos y lejanos.
Llegaban los truenos con casi 20 segundos de diferencia con el relámpago y poco después del trueno se podía notar vibrar el suelo muy sutilmente. Seguramente fueron unos cuantos rayos positivos de los buenos.
Al final, cuando mejor se estaba poniendo la noche, a falta de una hora para amanecer, todo comenzó a perder fuerza al sur mientras por el norte se volvían a reactivar pero sin llegar a generar aparato eléctrico. Entre eso y el cansancio la decisión de dar la caza por terminada era inevitable.
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