Enlazando con el reportaje anterior, (aquí), se venía preparando la cuarta noche seguida de tormentas. Era la noche del martes 8 y aunque las condiciones eran las peores de todos los días que llevaba, iba a intentarlo aunque solo fuera por evitarme un palo si finalmente se producía alguna sorpresa digna de presenciar. Primero me acerqué a la playa, al N de Barcelona, y viendo que se producía algún destello lejano me subí a Montjuic esperando que la altura me permitiera tener mejor visión. Fue un desastre. La tormenta, con buena visibilidad, hubiera sido muy bonita. Producía muchos rayos nube-aire muy ramificados pero desde la distancia y con mucha humedad y contaminación en capas bajas el resultado quedaba muy deslucido. Además las luces del puerto eran una pesadilla generando todo tipo de destellos, gradientes y reflejos indeseados. Esta es la única que se salva, por llamarlo de algún modo...
Y llegó el miércoles 9 que trajo un frente muy poco activo barriendo Cataluña de Oeste a Este. El atardecer que dejó fue espectacular ya que la descarga fría y seca que venía detrás de toda la nubosidad del frente llegó en el momento perfecto.
No me gustaba el cielo que se quedó al entrar la noche. No había nada que me hiciese pensar que podría haber tormentas pero los mapas eran claros. Situación postfrontal de rebufo, algo que raramente falla. Antes de las 21h salí de casa sabiendo que tendría tiempo de posicionarme bien. Había cierta dispersión en cuanto a la localización de las zonas de convección más intensas. Algunos modelos la ponían en la costa de Barcelona y otros entre Barcelona y Tarragona.
Comencé subiendo a Sant Ramon, con vistas al aeropuerto del Prat, pero no me gustó. Ya tenía la idea previa de ir a Pla de Querol (Garraf) y acabé rumbo a esa zona donde también había estado días antes. Los 400m de altitud y vistas despejadas deberían ser buenos aliados. Pero a mitad de la ascensión decidí parar en un saliente junto a la carretera. Empezaba a escuchar algún rayo por AM y no tardé en ver la procedencia. Era un pequeño núcleo al Sur de mi posición y la montaña me tapaba la zona así que terminé de subir hasta la parte accesible más elevada y puse una cámara.
Eran las 21:30h y la tormenta estaba demasiado lejos. Además sólo generó unos cuantos rayos más que ni se acercaban a la luminosidad del primero.
A partir de aquí comenzaba una de las esperas más épicas que recuerdo. Veía el radar y pensaba que perdía el tiempo. Miraba al cielo y lo mismo. Consultaba las actualizaciones de los mapas de precipitación de algunos modelos y lo habían reducido muchísimo. Pero el resto de ingredientes seguía estando. No me podía creer lo que estaba pasando pero con todo en mi contra decidí fiarme del instinto. Perfectamente podría haber fallado pero a las 00:30h (ya en día 10), cuando miraba el radar echotop y analizando una ínfima mancha muy localizada pero de gran desarrollo que marcaba a unos 80km al Sur de mi posición, saltó un rayo. No tardé nada en poner la cámara porque aún lo tenía todo preparado de la tormenta de 3h antes.
La tormenta tenía muy buena pinta. Comenzó a animarse y según iban cayendo las descargas se iba poniendo muy bonita. La estructura que tenía y los colores cálidos de la zona inferior en contraste con los fríos de la superior... Además estaba en un sitio perfecto para ver toda la evolución.
Tuve unos minutos de descontrol absoluto cambiando de objetivos, de encuadre, de batería, de tarjeta... Cuando conseguí superarlo y ya tenía todo más controlado fue la tormenta la que se volvió loca. Empezó a soltar algunos rayos extremadamente potentes. Pese a la distancia eran cegadores. Al revisar la imagen obviamente estaba sobreexpuesta. Bajaba la iso, cerraba 1/3 el diafragma y el siguiente aún más sobreexpuesto.
Y me volvió a suceder con el siguiente tras cerrar otro 1/3 el diafragma.
Al día siguiente Oscar Van Der Velde me explicaba lo que había sucedido. Se habían producido algunas de las descargas más potentes que existen. Normalmente las corrientes de los impactos de retorno son inferiores a los 30kA pero en este caso superaban los 300kA y en la última imagen llegó a 387kA. Una auténtica locura que me dejaba ciego en el momento en que se producían. Este tipo de descargas están relacionadas con algunos tipos de TLEs, concretamente elfos, pero estaba demasiado cerca para fotografiarlos.
Mientras la tormenta se iba alejando se activaban nuevos núcleos más lejanos.
Nuevamente me sorprendían un par de descargas de una potencia superior a lo normal y pasados unos minutos alguna más.
Poco a poco la actividad iba disminuyendo. El yunque de la tormenta se diluía mientras de vez en cuando se producía alguna descarga en el núcleo que se había formado más lejos que el primero.
Y así terminaba la noche. Esa inoportuna capa de nubes que me tapaba la parte superior de la tormenta frustró los intentos de capturar algún Sprite en la fase final de la tormenta. Pero poco después se reactivaba otro núcleo muy lejano hacia el Norte que me hubiera permitido intentarlo de nuevo pero la luz del aeropuerto de El Prat me impedía utilizar los parámetros de captura necesarios así que no quedaba mucho por hacer.
A primeras horas de la siguiente noche volvía a haber actividad cerca de Menorca. Hubiera sido otra buena oportunidad para capturar algún Sprite pero nuevamente tenía una capa de estratos tapando la zona de interés así que no dediqué mucho más tiempo. Ya era la sexta noche de tormentas seguida y nada me hacía pensar que podría obtener alguna imagen que hiciera que mejorase el resultado de las anteriores.
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